Qusiera poder hablarte,
decir perdóname, por no decirlo antes;
decirte que no estás lejos, que estás más cerca,
porque ahora te hablo más, y duele...
Quisiera abrazarte, no separarme,
y pedirte otra oportunidad,
sentir tus manos, como antes;
escuchar tus locuras y tus certeras vivencias.
Quisiera ver tu rostro al amanecer, como lo hacía antes,
y besar tus mejillas, solo porque sí,
regalarte una sonrisa porque estabas ahí
porque eres parte de mí.
Quiesiera tener a quien llamarle como a tí,
y que esa persona seas tú;
entregarte los años de mí, que te llevaste,
y volverlos a vivir.
Vivo elaborando utopías, distínguiendote entre ellas,
llorando, cuando me agrede esta maldita realidad,
cuando sé que despertaré y ya no estarás.
Tu rostro, en todos lados, latente me persigue,
te llamo y no estás, y ya nada sirve,
elevo mis plegarias para escucharte
y sin temor idolatrarte.
Busco no pensar en ese día,
cuando te marchaste, sin calma y sin prisa;
trato de buscar mejores momentos,
donde existían dulces palabras y sonrisas.
Intento adherirme a tu recuerdo,
vivir en tus brazos y morir en tus sueños,
ser lo que siempre fuí... tu anhelo.
Quisiera tantas cosas,... como antes.
Dedicado a mi ángel... mi abuelita.
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