martes, 1 de abril de 2008

Escriba Usted El Título Adecuado

Perdón, si quizás este texto este lleno de inconsecuencias, fruto de un dejavu que alguna vez tuvo su suscriptora, ocasionado, talvez, por los trastornos de memoria que la misma podría padecer.

Rebeldía, orgullo, compasión, humildad, fantasía… devoción; palabras que definían a todas y en momentos, tan solo a una.

En instantes éramos diferentes, y a ratos éramos iguales, éramos.

Muchos quisieron; muchos intentaron; muchos, incluso, lo eligieron… pero no lo concretaron, porque no era cuestión de voluntad, sino de esencia…
La sencillez de una te hacia perder en su alma. La locura siempre hacia acto de presencia con las múltiples facetas de ella. La fe de la otra, quizás no podía mover una montaña, pero te hacia estremecer el corazón. La picardía y la niñez nunca se separan del ser humano, y ahí estaba el ejemplo perfecto. Cuando la realidad te golpea, empiezas a fabricar fantasías, que luego se convierten en tu mundo, para ella, esa siempre fue su morada. Rebélate si el mundo es pequeño para tus ideas, siempre hubo un espacio muy estrecho y grandes ideas para su rebeldía. Su espíritu paso de una condena liberal a una libertad encadenada, pero aun así, era nuestra.

Cada una y sus particularidades era merecedora de estar ahí, de formar parte, de ser el principio y el final.

… y él, bueno, él jamás se puede quedar, era el único, el centro, el equilibrio.

El resultado de todo:… “La Mezcla Perfecta”…

Alguna vez tuve la oportunidad de que un buen amigo me dijese esta frase: “Olvidamos las pequeñas alegrías por lograr una gran felicidad”

Talvez sea esta la causa de la amnesia anterógrada, quizás parcial, que nos afecta desde el 09 de septiembre del 2006 hasta hoy día.

O puede que me equivoque, y sea el presente que hemos elegido que nos ha hecho tener flashes de olvido de lo que una vez nos hizo feliz, ¿y por que no?, también de lo que nos hizo llorar, pero al final, el sello de la victoria estaba marcado, indeleble, en nuestros rostros, en nuestras miradas.

Cada cual ha ido en busca de la gran felicidad, ha iniciado una batalla, en escenarios distintos y con distintos oponentes, pero luchando incesantemente, siempre por un mismo fin.

Se dice que los seres humanos siempre queremos que duren las cosas buenas, por eso dejamos de disfrutarlas para hacerlas eternas.

Creo que en nuestro caso quebramos el molde, porque disfrutamos al máximo lo que creamos, hicimos leyenda… y parafraseando a Shakespeare:

“Lo volvimos eterno mientras duró”

1 comentario:

Lola dijo...

jaajaj ese es el boche toronja, al menos asi es como lo publique yo en mi blog!!!