miércoles, 16 de abril de 2008

Las Máscaras



Las máscaras no son sólo aquellas obras de arte que utilizamos en una fiesta o en carnaval, hay quienes se pasan la vida entera, detras de una máscara, sin atreverse a desmostrar quienes son. Existen personas que viven para agradarles a quienes habitan a su alrededor y mueren si saberse agradar a sí mismos. Por ello, se convierten en bufones de la sociedad, en martires de su propia conciencia.

Este pequeño escrito nació cuando descubrí la soledad que habita en quienes se esconden tras las malditas máscaras de la avaricia, de la hipcresía y el desengaño.

No me gustan las máscaras, aunque se presenten frente a mí las más bellas; no conocen de alegrías ni de lágrimas, no sienten la dúlzura de un beso ni el dolor de una bofetada.

Muchas veces ocultan sus pesares y muestran la sutileza de una mirada. Ocultan la transparencia de una sonrisa y eligen ser portadoras de sortilegios de amor.

Son camuflajes de los sentimientos, poseedoras de la verdad y administradoras de las falcedad. Suelen ser instrumentos de medidas utilizadas para dimensionar la hipocresía. Aprovechandose de su hermosura fictisia, para subir a la cúspide de la montaña de las mentiras, donde sólo aquellos llenos de artimañas y de corazón malévolo, logran subir.

No sienten miedo miedo ante la soledad, pues saben que su destino es naufragar en ella.
Eligen tener otra identidad, para agradarle a su minúsculo grupo de falsos amigos; dejando atrás su verdadera alma, su verdadero espíritu.

En un mundo donde la apariencia posee la corona de la victoria... me pierdo entre tanta hipocresía.

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