Dirás que soy un poco torpe o distraída, pero no recuerdo el año, el mes ni el día. Sólo sé que te vi morir.
Sabía que algo en mí crecía, pero nunca imaginé que eras tú, nunca imaginé que llegaría a ser tan fuerte. Con el tiempo acepté lo que me estaba pasando, fue maravilloso, era la primera vez que me sentía así. Era una sensación, una encrucijada entre lo perfecto y lo imposible; entre lo irracional y lo sensato; entre lo lógico y lo descabellado. Pero me gustaba.
Te ví nacer, lástima! Que no recuerdo como fue. No me diste oportunidad de elección, ya no importa, de cualquier modo huniese elegido lo mismo que tú. Asomaste tu pérfil y ahí me dí cuenta de que eras tú, de que existías y estabas en mí. Borraste mis idelogías y yo que tanto presumía de ellas, ¿para qué?, si a quema ropa las eliminaste y te ofrecí mi mayor demostración de indominio. Pero me gustaba.
Y contigo emergieron un mundo de cosas jamás pensé que se encontraban ahí dentro, en mí. Se despertaron mis instintos de mujer, mis deseos de placer. Pudo ser extraño y confuso, puede que no haya valiedo la pena y luchar, algo estúpido. Si tu prósito era vivir, ¿por qué me legiste?, si sabías que nada te podía ofrecer, ¿acaso eres masoquista?, no lo sé, ni quisiste responder. Pero me gustaba.
Naciste, sí lo hiciste, y justo cuando querías; pero también pude ver que viviste sólo hasta donde tuviste fuerzas, hasta donde pudiste aguantar a tí mismo. ¿Y sabes...? dejó de gustarme, por el contrario, comenzó a agobiarme y tú y él, llegaron a hartarme.
¡Hey! Dirás que soy un poco torpe y distraída, además agregale estúpidas, pero no recuerdo el año, el mes ni el día... y el momento, mucho menos. Solo sé que te vi morir.
Tu muerte fue miel rebalando en mi graganta y me endulzó hasta el alma; el luto de tu murte fue mi gloria y libertad. Y me gustó.
Sabía que algo en mí crecía, pero nunca imaginé que eras tú, nunca imaginé que llegaría a ser tan fuerte. Con el tiempo acepté lo que me estaba pasando, fue maravilloso, era la primera vez que me sentía así. Era una sensación, una encrucijada entre lo perfecto y lo imposible; entre lo irracional y lo sensato; entre lo lógico y lo descabellado. Pero me gustaba.
Te ví nacer, lástima! Que no recuerdo como fue. No me diste oportunidad de elección, ya no importa, de cualquier modo huniese elegido lo mismo que tú. Asomaste tu pérfil y ahí me dí cuenta de que eras tú, de que existías y estabas en mí. Borraste mis idelogías y yo que tanto presumía de ellas, ¿para qué?, si a quema ropa las eliminaste y te ofrecí mi mayor demostración de indominio. Pero me gustaba.
Y contigo emergieron un mundo de cosas jamás pensé que se encontraban ahí dentro, en mí. Se despertaron mis instintos de mujer, mis deseos de placer. Pudo ser extraño y confuso, puede que no haya valiedo la pena y luchar, algo estúpido. Si tu prósito era vivir, ¿por qué me legiste?, si sabías que nada te podía ofrecer, ¿acaso eres masoquista?, no lo sé, ni quisiste responder. Pero me gustaba.
Naciste, sí lo hiciste, y justo cuando querías; pero también pude ver que viviste sólo hasta donde tuviste fuerzas, hasta donde pudiste aguantar a tí mismo. ¿Y sabes...? dejó de gustarme, por el contrario, comenzó a agobiarme y tú y él, llegaron a hartarme.
¡Hey! Dirás que soy un poco torpe y distraída, además agregale estúpidas, pero no recuerdo el año, el mes ni el día... y el momento, mucho menos. Solo sé que te vi morir.
Tu muerte fue miel rebalando en mi graganta y me endulzó hasta el alma; el luto de tu murte fue mi gloria y libertad. Y me gustó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario